
Somos como esas estrellas que viven de noche, deambulando por calles y bares, buscando incluso más oscuridad.
No será hasta cuando la muerte se haga presente donde todo es igual, nadie llega a este mundo sin una imperfección, sólo que algunos quieren deambular en la luz, como esclarecidos, y otros pocos ni siquiera se dan cuenta de lo que son en este mundo.
A mi me gusta andar en la lobreguez, es la única que no te mira con malos ojos, ya que no puede ver, sólo ofrece un sofión gélido y tétrico a cada alma que decide seguirla.
¿Qué hay de los esclarecidos?
La luz sólo ofrece un sueño azucarado llamado certidumbre, que al final fenecerá con el final de cada vida.