Con un fulgor de luz y un aliento de aire me adviertes que estás aquí.
¿Desde donde has venido por mí?,
¿acaso desde el mismísimo infierno?
Si mi suerte fuese tan buena, ¿acaso desde el mismísimo cielo?
Te recibo con mansedumbre,
te abrazo con ilusión, querida muerte.
Arrebato desesperado tu gélida mano, que me invita a ir contigo.
Tu indómito y fúnebre corcel está listo para galopar al chasquido de tus dedos.
No te vayas sin mí, la tristeza que he vivido en este mundo, no me invita a seguir aquí.
A muchos visitas, pero a pocos les muestras tu verdadera mirada taciturna.
Lleva contigo a este poeta nostálgico, que, para él, este lugar ya no existe en sus recuerdos.

Que bien! Puedo publicarlo en el blog?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola. Por supuesto que sí. Saludos.
Me gustaLe gusta a 1 persona