Escucho un canto en el bello campo.
Sigo tumbada en el pasto pensando en tu hermoso canto que dejaste ese día que te conocí por la calle de los amarantos.
No hay libertad sólo quebranto cada vez que pienso en ti y yo me pierdo en mi llanto, pensando en esos ojos que conocí esa mañana gris que salí al hermoso campo en busca de agapantos.