Como el solo atronador que toca el metalero en su guitarra yace mi corazón: Lánguido. El silencio ahoga esta habitación sin saber que decir y sin saber cómo encubrir palabras indignas que desbordaron de tus labios. El frío ha venido a acompañarme mientras tú aprestas tu guitarra y maleta, decidido a escurrirse de esta habitación. Tu mente está en blanco, sabes que quieres escabullirte y yo sigo amordazada con tus palabras injuriosas como la daga del verdugo. De pronto a lo lejos escucho una melodía de guitarra asoladora, tratando de ocultar tu pesar a través de una melodía. Las lágrimas comenzaron a caer de tus ojos. De pronto me doy cuenta de que todo es verdad nada fue un sueño, ya esperas el tren de las seis para marcharte. Yo quiero morir en silencio. Morir a través de tu melodía asoladora.