Tú vienes a mí, en momentos difíciles de sobrellevar. Los corazones de cristal roto vuelan en el aire sin cesar. Tu corazón permanece remoto de todo lo que hay a tu alrededor y plantado en el suelo, con deseos de volar como lo hacen las aves sin rumbo. Toco tu rostro y tus ojos permanecen remotos y sin vida como la estatua de hielo.
Ininteligible es mirar cómo te desvaneces gracias a los rayos del sol tratando de volar como los corazones de cristal rotos