Mil veces he viajado por una senda a otra dimensión esperándote. En muchas ocasiones en este mundo terrenal te confundí con los mortales, en aquel instante era tan difícil entenderlo; todo me parecía tan claro y no era así. Eras tú disfrazado de miles de seres carnales, aunque siempre había un error en cada uno de los disfraces: “Sus ojos” un sólo vistazo y me daba cuenta de que no eras tú, era sólo un reflejo de lo que creía buscar, pero en todos esos seres había una parte tuya; supongo que todas las acciones vienen con un pequeño aprendizaje. He llegado a pensar que nunca voy a mirar la luz de tu mirada que calmará mis miedos y desasosiegos.
¡¡luz profunda ven a mí y llévame en tu lecho de rosas negras!!
¡Un lecho de esperanza y un lecho donde la muerte es agradable!
¡Voy a volar por los cristalinos mares donde en paz están flotando todos aquellos que te buscan!
¡Y donde en paz están los buscadores de la verdad, esperanza y fe!