A través de mi ventana miró pasar al mundo:
Gente molesta, triste y muy pocos con rostro de satisfacción, finalmente es el mundo y nunca dejará de serlo, yo en mi jaula de metal observo sin poder unirme a todo lo que me rodea, al mundo que va y viene sin tener sentido.
¿Acaso venimos aquí a caminar como sonámbulos?
Los pocos que nos creemos felices vivimos en jaulas de metal, jaulas creadas por la mente, donde la mayoría afirma que es lo único que existe, el pequeño mundo que les fue enseñado.
Los pocos que logran escapar se dan cuenta de que todo es muy distinto afuera de sus jaulas, un lugar diferente al nuestro.
O quizá donde otros viven en sus propias jaulas, en su propio mundo.