Una mañana me conquistó, una mañana me sonrió, una mañana caminamos tomados de la mano en la playa…
Una mañana él me dijo: “Espera enseguida estoy contigo”
Y él nunca más volvió, se perdió en la neblina, en la nada…
Las pocas palabras que salieron de sus labios eran como el bello canto de la sirena: falsas…
Con el bello amanecer él se fue.
Y cada bello amanecer espero su regreso que esa mañana nublada me prometió…